La publicidad no se hace solo cuando se necesitan más clientes

La publicidad no se hace solo cuando se necesitan más clientes

 

Uno de los errores más frecuentes, y peligrosos, es trabajar la estimulación publicitaria solo cuando se requiere que la registradora se mueva o aparezca alguien que antes no se aparecía por el lugar.

Sobre todo, y tristemente, lo cometen las pequeñas y medianas empresas, con más fuerza cuando comienzan, porque se dejan llevar por el sofisma de que no se necesita, o del tan peligroso “bajo perfil”, lo que quiera que ello signifique.

La publicidad es una actividad de las comunicaciones de mercadeo, que junto con las demás, las cuales deben seleccionarse dependiendo del grupo objetivo, al igual que los medios a través de los cuales se ha de llegar, no puede interrumpirse, y tiene que trabajarse sin cansar, pero también, sin faltar. Recordemos que ¡nunca se llega!

Es como si en la familia se acabaran las demostraciones de cariño y afecto; cuando ello ocurre, se va volviendo monótona la vida y termina por destruirse el núcleo familiar. Igual que con los amigos; para mantener una vida social activa y exitosa, hay que estar en contacto permanente con los que se desea tenerla.

Con los demás, con quienes no se pretende una actividad de tipo relacional duradera muy activa, basta con dejar de enviarles mensajes. No hay que pelear.